La catedral es su cuerpo

Nunca una frase, podría definirla también. O al menos así pensaba. No solamente era preciosa, y atractiva, ya que siempre estaba estupenda y  en especial, estaba enamorado de esos vestidos que lucía el sábado por las noches y que la hacían más guapa que cualquiera. Pero no, su belleza no era lo que más le llamaba la atención, era lo que sentía cuando se encontraba a su lado. No hizo falta mucho tiempo desde que le llamo la atención y pudo acercarse a ella, hasta que supo lo que aquella mujer encerraba. Era verano y mil tormentas… Sin duda un hacha de doble filo para su desgraciado corazón. No dudaba de que tenía que evitar en lo posible acercarse demasiado a ella, no quería que fuera demasiado tarde. Esperaba encontrar una solución. Pasando las frías noches junto a la compañía del whisky y las amistades, intentaría buscar refugio, y olvidarse de aquella morena y aquellos ojos que encerraban tanto, tanto, tanto.

Infinito

''...y engañame un poco al menos
y dime que me quieres aún más,
que durante todo este tiempo,
lo has pasado fatal.

Que ninguno de esos idiotas,
te supieron hacer reír...
y que el único que te importa,
es este pobre infeliz''

Hello darkness, my old friend...

En la noche, un suspiro. De vuelta en la profunda oscuridad, tan confortable a veces, y otras tan peligrosa. Otra vez la misma sensación recorrió su cuerpo. Esa sensación de debilidad ante el mundo, de vulnerabilidad ante todo lo que le rodea. Los hielos se derretían empapando el whisky que el vaso contenía. Un suave trago. Arrastrando las emociones a través de la garganta hacia su destrucción.

Como un duende maldito, volvía a recordar los momentos que más daño le causaban, y a la vez le reconfortaban. La cálida mirada de aquellos pequeños ojos llenos de vida. La voz que horas antes había escuchado. Decadencia. Tumbado en el sofá, mientras sus ojos se empapaban en lágrimas, miraba al infinito intentando buscar respuestas, intentando apaciguar su corazón en guerra. Buscaba en la música una salida, intentando encontrar la válvula de la olla a presión que tenía en el pecho.

Tras la oscuridad vino la calma y la paz. El descanso que su alma necesitaba por aquel momento. Tras el tormento que había ocurrido, colapsó, y prácticamente empapado en lágrimas, concilio el sueño. Durmió y despertó con la primera luz del día. Se terminó de un trago los restos que quedaban el vaso, y con la calma y tranquilidad que le caracterizaba se dispuso a olvidar.

Inicio

Empezamos, como no podría ser de otra manera, con la cancion que da nombre al blog, y que ha hecho que decida hacer un lugar para compartir tanto música, fotos, como letras de canciones o historias breves.

Intentare actualizarlo siempre que el tiempo me permita, espero que un par de veces por semana.

Un saludo.