No he caminado aún lo suficiente
por ella, conozco ya algunos de sus rincones secretos, no todos son bonitos,
pero no cambiaba ninguno de ellos. Un lugar que me gusta en especial es la vieja estación. Suelo pasear por los andenes como quien busca respuesta entre las vías, repirando la nostalgia de las despedidas. Me siento muchas veces enfrente de las vías abandonadas, esperando ver llegar a un tren que sé que no vendrá. Ójala la pueda seguir disfrutando.
Aún así, no he desecho la maleta del todo, nunca sabes cuando la mafia puede tocar a tu puerta y tener que huir una vez más.